domingo, 28 de julio de 2024

Bitácora 3

Escribo esto desde la cama porque de la nada se me ha ocurrido escribir esta entrada. 

Saben pensé en las cosas que había escrito en esa historia que había borrado, recuerdo ahora recién que el protagonista decía ser un Cherub el cual quería tocar en el coro celestial. Y ahora yo estoy planeando aprender a tocar piano, por qué piano? Bueno, mi abuelo me dijo que es el rey de los instrumentos, no puedo pedir algo menor, ni puedo apuntar más bajo.

Otras cosas que se habían cumplido de esa historia era que el protagonista se perdía en cuestiones de la mente y arrepentido iba a intentar despertarse, y recuerdo que al salir se encontraba con un amigo viejo el cual él había dejado abandonado. Todo éso me pasó. También recuerdo que estaba escribiendo una especie de continuación en donde el protagonista estaba en un mar se encontraba una bestia enorme, eso en un sentido más espiritual me pasó. En esta historia, recuerdo que el protagonista controlaba las tormentas.

Al final de la historia y después de sufrir bastante se logra despertar y era tomado por San Gabriel arcángel porque iba a ser enlistado en la guerra del armagedón del lado de Dios. 

Esto todavía no se ha cumplido. En verdad espero que se cumpla pronto, aunque recién estaba pensando que si yo llegase a ser enlistado en la batalla final pensé en el dolor que causaría y el dolor que me causaría, y mi corazón se afligió mucho y sentí el dolor. El dolor que causaría a mi madre y el dolor que me causaría encontrar amigos solo para perderlos. Pero eso sería temporal, mientras el gozo de participar en la obra de Dios sería más grande, y ese gozo duraría por siempre.

Mañana tengo que confesarme y dar gracias a Dios en el altar. De ser posible haría esto todos los días, comulgaría todos los días, realmente envidio a las generaciones pasadas como tenían esto disponible a la vuelta de la esquina, tenían a Dios al alcance de una caminata simple, podían ver a sus amigos de misa todos los días porque eran sus vecinos, podían ir a cualquier hora a adorar la Hostia, podían hacerlo los siete días de la semana cuando quisieran. Pero como nunca quisieron Dios se cansó de esperarlos y se fue. Y ahora nos toca a nosotros ir a buscarlo, nosotros que nacimos en Babilonia y que no somos culpables de esas transgresiones.

Si algo de lo que he hecho tuviese que ser preservado, pues me gustaría que esto quede grabado en las máximas de la historia. Sí cuando salgamos de Babilonia las generaciones sabrán cómo se sintió presenciar la abominación desoladora. 

Bueno debería ya de ir a descansar pero el insomnio no me deja dormir, no es algo de hoy es de siempre; realmente alguien sin propósito no tiene por qué dormir a sus horas, mi madre ha pedido para que tenga un propósito, ojalá pronto se me dé vocación.