lunes, 2 de septiembre de 2024

El inicio.

Si no es por guerra entonces tiene que ser alguien de entre ellos, que así como ellos son esclavos él también lo fue, pero fue hecho libre; los dos testigos tenían que ser elegidos de entre nosotros, porque si eran Enoc y Elías, quienes han sido meros espectadores del mundo desde hace milenios, a pesar de que ellos entienden perfectamente el universo personal e idolátrico de aquellos prisioneros, ellos no fueron moldeados, no nacieron en este mundo. No entienden de la misma forma que ellos la vida a la cual se enfrentan.

Ahí está la clave para convertir el corazón de esta gente, uno tiene que dejar espacio para el universo personal de esta gente en nuestras vidas, nosotros tenemos que someternos a amarlos a ellos. Por supuesto el primer mandamiento es amar a Dios, entonces si hay una parte de ellos que va contraria a Dios eso hay que quitar, pero la mayoría de la gente no es como esos satanistas que controlan el mundo desde las sombras, la mayoría de la gente solo tiene un porcentaje más bien minúsculo que se contraría a Dios. Y es ese porcentaje el que hay que pelear, el resto hay que aceptar y amar, porque ese es el segundo mandamiento. 

Vi una muchacha desafortunada que decía "yo no tengo por qué ser amiga de los que quiero convertir" ¡lo cual está mal! Mal y mal... Santo Tomás dice que la caridad ES amistad, no hay de otra, y San Pablo dice que "puedo tener todos los obsequios de Dios pero, si no tengo caridad, de NADA me sirve"... Si quieres cambiar el corazón de una persona tienes que primero vivir en ese corazón, antes tienes que estar en ese lugar sino serás como la pitonisa que seguía al apóstol, la cual simplemente gritaba alabanzas a Dios, tal cosa los demonios la hacen también, y por la misma razón que tienen los que como esa muchacha ignoran la caridad, porque están meramente obligados a hacerlo. La verdadera caridad no basa en hacer algo por obligación, si no por amor al prójimo, ¡que es distinto y separado del amor a Dios! Que por eso hay dos mandamientos...

La única cosa que los demonios jamás van a entender es este amor, porque ellos solo sienten odio; la dimensión que supera al espacio y al tiempo es el amor, que trasciende lugar y época; el universo personal nuestro tiene que morir, tenemos que esclavizarnos primero Dios y después al prójimo, dejándolos a ambos ordenar nuestra vida, nuestros deseos, nuestros impulsos y todo cuanto tenemos, y allí es donde se halla la verdadera LIBERTAD. Si en lugar de eso solo tengo a Dios ordenándome pues solo estoy cumpliendo la MITAD de mis obligaciones...

Porque el amor verdadero no es codicioso, uno tiene que aprender a amar lo que el prójimo tiene que decir, lo que él quiere informarnos, lo que nos quiere decir por muy superfluo e innecesario que no sea también así es nuestro amor a Dios. A Dios nuestro amor le es superfluo e innecesario, no podemos añadirle a Él, pero aún así nos escucha. Y por eso el mandamiento especifica que hay que amar al prójimo "como Dios nos ha amado" de esta misma forma. 

Esos dos que han de venir no vienen a condenar sino a salvar lo que se había apartado, a rescatar lo que estaba perdido, y lo harán con los símbolos de esa gente, esas creaciones y cosas en las que habían puesto su amor, sus historias y todo lo demás que tenían será apropiado, porque todo en esta tierra está bajo el dominio de Dios todo símbolo puede ser apropiado si se halla en él una chispa de verdad. Y aunque tú digas que Dios no tiene por qué hacer ningún compromiso con fábulas y cuentos de hadas, te aseguro que nada inspira una inocencia más pura que éstas, porque si aquello que ellos pensaron fabuloso no es nada cuando lo comparan con la verdad frente a sus ojos, realidad que supera lo que en sus sueños pensaron imposible, entonces cuánto más llenos de esperanza van a estar poniendo ahora primero a Dios como corresponde, creyendo luego en todo lo demás que no se les mostró; esos dos irán destruyendo el ídolo y manteniendo el altar, para que los nativos, viendo que sus altares y lugares a los que frecuentaban no son destruidos, y viendo el error en cómo actuaban, decidan mantener lo bueno y botar lo malo; así también durante la época de los doctores de la iglesia fue tomado ese León del paganismo y se le quitaron sus alas con las que voló muy cerca al sol, y se le dio un corazón de hombre. Y porque el Cristiano tiene un poder especial para discernir entre verdad y mentira, es su responsabilidad juzgar la Tierra, los hombres que habitan en ella, y lo que habita en el corazón de los hombres.

Primero Dios y después el prójimo, primero una verdad objetiva que todos tenemos en común y después el amor que nos tenemos los unos a los otros. Todo esto será la prédica de los dos testigos, así empezará.

El inicio.